Costras de microoganismos y líquenes que previenen la desertificación
Las costras biológicas del suelo o biocostras son comunidades de bacterias, algas, líquenes musgos y otros microorganismos que cubren grades superficies en zonas áridas y semiáridas, donde habitan los primeros milímetros del suelo. Éstas son capaces de vivir en condiciones extremas de temperatura, son resistentes a la radiación solar y mantienen la humedad a pesar de las pocas lluvias que se producen en los lugares que habitan. “Estas costras tienen una gran importancia para mantener la humedad de los suelos y el desarrollo de la vida de estas áreas, ya que aportan nutrientes como materia orgánica o nitrógeno al suelo. Además, favorecen la infiltración, disminuyen la erosión y, al aportar nitrógeno, promueven el crecimiento de nuevas plantas”, explica a Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Almería Isabel Miralles.




